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Serious Games o cómo los videojuegos son más efectivos que la formación tradicional

Los serious games han irrumpido con fuerza en el mundo del aprendizaje, demostrando que pueden ser herramientas tanto o más efectivas que los profesores en la formación corporativa.

Hoy queremos traerte algunas reflexiones del doctor John C. Beck, presidente de la North Start Leadership Group y profesor, a la sazón, en centros de prestigio como Harvard, UCLA o la Universidad Internacional de Japón.

John C. Beck ha reflexionado ya en varias ocasiones sobre las ventajas del aprendizaje interactivo. En concreto, para el Dr. Beck los videojuegos y simuladores son especialmente eficaces para el aprendizaje de habilidades concretas.

En el caso de los niños, los videojuegos son altamente efectivos para aprender conceptos básicos relacionados con las matemáticas y la gramática. Para los adultos, el game-based learning cobra todo su sentido a la hora de desarrollar habilidades solicitadas por el mundo empresarial, como las competencias en comunicación, negociación, liderazgo, y un largo etcétera.

Pudiera parecer que John C. Beck tira piedras sobre su propio tejado cuando afirma que los sistemas tradicionales de aprendizaje presentan profundas deficiencias pero, en realidad, lo que hace este profesor de Harvard no es otra cosa que hacer un gran favor a educadores, alumnos y a la sociedad en general. Para el Dr. Beck, hay que dejar de ser “parte del problema” para pasar a ser “parte de la solución”. “Pensé que tenía que haber una manera de utilizar las nuevas tecnologías para la educación, adquirir más conocimiento de forma más eficiente”

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Como joven estudiante del doctorado en Harvard, John C. Beck se sintió desilusionado con la metodología empleada en el MBA. Empleó mucho tiempo buscando la forma de enseñar utilizando ordenadores. Ahora siente que algo ha cambiado y, con la ayuda de Steve Hodges y el Hult International Business School que han financiado el proyecto, Beck ha puesto en marcha un prototipo de curso interactivo, llamado ‘One Day’.

El uso de serious games se está extendiendo no solo en el ámbito de la educación para jóvenes, sino también en la formación corporativa, de manera que los empleados de cualquier empresa puedan aprender a través de videojuegos. La implicación total del participante está garantizada por lo atractivo de esta metodología novedosa y eficaz.

John C. Beck y su equipo pudieron comprobarlo, como él mismo explica en este artículo publicado en Quartz. Con el objetivo de testear el videojuego “One Day”, pidieron a amigos y colegas que lo probaran. El reto que se plantea al jugador es diseñar e implementar una estrategia de negocio durante el transcurso de un día virtual en una aerolínea.

Tanto Beck como los desarrolladores de ‘One Day’ no esperaban una acogida tan exitosa durante el testeo del videojuego, en parte porque se trataba de un “favor”, y también porque el grupo era todo menos homogéneo: entre los que probaron el serious game había estudiantes de secundaria y CEOs de varias empresas. Pero lo cierto fue que las personas que probaron el prototipo se implicaron tanto que algunos de ellos jugaron varias veces, intentando mejorar su puntuación.

El propóstio del experimento era observar si se podía aprender con el videojuego. Cuando lo terminaron, un examen escrito puso a prueba a los participantes. El ejercicio contenía al menos un 40% de los conceptos que normalmente se impartirían en un curso MBA. El resultado fue que “One Day” era tan capaz como un profesor “de carne y hueso”, pues la mayoría obtuvo mejores resultados después de jugar al serious game que antes de iniciar el testeo del prototipo.

En definitiva, tanto la prueba de John C. Beck con el prototipo “One Day”, como la experiencia de otros especialistas en game-based learning como Gamelearn ponen de manifiesto que los videojuegos son métodos eficaces para enseñar a personas de todas las edades.

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Esto, aplicado a la formación corporativa, se traduce en una necesidad de hacer las cosas de otra manera, garantizando un aprendizaje eficaz y realmente aplicable de forma inmediata. Más allá del valor que el game-based learning ofrece en cuanto a ratios de finalización y satisfacción, y a la reducción de costes que supone para las compañías implementar una formación que no requiere aulas ni desplazamientos geográficos, es hora de dejar paso a los serious games por su comprobada efectividad entre las generaciones presentes y futuras.

Image: Mikal Marquez / Flickr

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