Triskelion: serious game de gestión del tiempo y productividad personal

El conocimiento de las técnicas de gestión el tiempo es importante para mejorar la productividad de los alumnos, pero es un método que sólo se puede aprender de forma efectiva practicando. La metodología game-based learning (GBL) aplicada a la gestión del tiempo ayuda a los alumnos a resolver dudas y comprobar los beneficios de la metodología que se pretende enseñar.

Gracias al game-based learning en gestión del tiempo el alumno podrá comprobar a lo largo de 23 días simulados como la aplicación cada vez más eficaz de los conocimientos adquiridos mejoran su eficacia y hacen crecer su productividad personal.

Normalmente la práctica de habilidades de gestión del tiempo y productividad lleva mucho tiempo debido a que no es posible acelerar el reloj del mundo real para hacer que las cosas ocurran antes. La solución que propone Gamelearn para poder intercalar la práctica de este tipo de habilidades en un curso de formación de duración limitada es la creación de un serious game de gestión del tiempo.

En este serious game de gestión del tiempo el protagonista tiene una fecha límite para desentrañar los misterios de la orden de la sabiduría. Para alcanzar su objetivo, deberá completar una serie de tareas de investigación, viajar, concertar reuniones y adaptarse a los acontecimientos sin descuidar su trabajo ni su vida personal, lo que le obligará a gestionar adecuadamente su tiempo y ser productivo o fracasar en su investigación.

Aprender a gestionar el tiempo es un proceso práctico que se interioriza y se depura con la práctica. Para ayudar a los alumnos a que terminen el curso con la mayor cantidad de herramientas posible para enfrentarse a su día a día, triskelion está concebido como un completo simulador de gestión del tiempo donde los alumnos se enfrentan a las mismas situaciones a las que tendrán que hacer frente en su día a día en un entorno simulado.

Está comprobado científicamente que los beneficios de la formación en gestión del tiempo con simuladores y el número de alumnos que aplican los conocimientos adquiridos a su vida real es mucho mayor comparada con la formación presencial o el e-learning tradicional.

Cuando se nos pide definir al líder ideal muchos podrían destacar rasgos como la inteligencia, la tenacidad, la determinación o la visión, cualidades tradicionalmente asociados con el liderazgo. Estas habilidades, junto con la inteligencia emocional, son cualidades recomendables para el buen líder, pero insuficientes.

A menudo dejan fuera de la lista habilidades directivas más sutiles como la comunicación, la habilidad para ponerte en el lugar del otro y comprender sus motivaciones, la afinidad personal o la empatía que convierten a un mero gestor en un buen líder. Por supuesto, es imprescindible tener un cierto grado de habilidad analítica y técnica para liderar a un equipo con éxito.

Estas son habilidades que se pueden desarrollar practicando. Es necesario tener un cierto grado de conocimiento teórico para ser un líder, pero la única forma de convertirte en un buen líder es mediante la práctica.